Estos constituyen un conjunto de datos y métricas diseñadas específicamente para evaluar y medir el grado de corrupción en la economía o en las estructuras gubernamentales de un país. Estos indicadores son herramientas cruciales para comprender la extensión y el impacto de la corrupción, así como para diseñar estrategias efectivas para combatirla desde una perspectiva académica.
Su relevancia radica en su capacidad en proporcionar una base empírica para la discusión y el análisis de la corrupción, un fenómeno que a menudo es difícil de medir y cuantificar debido a su naturaleza oculta y elusiva. Al ofrecer una perspectiva académica más clara sobre la corrupción, estos indicadores contribuyen a una mejor comprensión de sus causas, consecuencias y posibles soluciones.